Retrato : Thiago Penteado

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 ‘’Con Alliance française he vuelto a tejer lazos sociales’’

París, la "Ciudad del Amor". Un apodo muy adecuado para describir la historia de Thiago Penteado, que dejó su Brasil natal para seguir a su mujer a Francia y criar allí a su hijo. Un país de adopción que no deja de sorprenderle por su diversidad, especialmente en lo que respecta a la lingüística.

Hasta entonces, vivía en Río de Janeiro, donde trabajaba en marketing, y más concretamente en el mundo de la educación. Unos años antes, había conocido a Charlotte, una expatriada francesa, y fue amor a primera vista. "Charlotte hablaba perfectamente portugués, así que la cuestión del francés no surgió de inmediato". 

Pero cuando decidieron formar una familia, este idioma entró de repente en sus conversaciones. "Siempre ha sido importante para nosotros que nuestros hijos conocieran las dos lenguas de sus raíces. El problema era que yo no hablaba nada de francés. Así que empecé a tomar clases en Alliance française de Río". 

Una decisión oportuna: poco después del nacimiento de su hijo Joaquim, a Charlotte le ofrecieron un puesto profesional muy interesante. Pero en París.

Un choque cultural, en el buen sentido

La pequeña familia se embarca entonces en esta nueva aventura parisina. "Por supuesto, la integración se facilita mucho con una esposa francesa. Me ha ayudado inevitablemente, aunque Francia es un país abierto, donde los valores de fraternidad y hospitalidad están generalmente extendidos".  

Al principio, Thiago se dedicó a asimilar su nuevo país. ''Ya había estado en Francia de vacaciones en el pasado, pero esta vez experimenté un choque cultural. Pero en el buen sentido. Por todas partes, vayas donde vayas, te encuentras con el pasado, con la riqueza cultural. Cada pared, cada plaza te cuenta una historia, cada región tiene su propia identidad en este sentido, y París lo concentra todo. Aquí hay gente de todo el mundo, y esta ciudad es una invitación perpetua a andar, a fundirse en esta urbanización hecha de calles y espacios verdes. Es fascinante". 
 

Redescubrir la vida social y profesional

Pero pronto, el nivel de francés de Thiago Penteado se convirtió en un obstáculo para su integración, especialmente la profesional. "Sólo llevaba unos meses aprendiendo francés cuando llegamos a París", dice, "e incluso entonces, en un mundo en el que todas mis interacciones eran en portugués, lo que me dejaba poco margen para practicar. De repente, me encontré en una posición muy nueva para mí, ya que siempre había sido muy independiente. Como no dominaba el idioma, dependía mucho de Charlotte, que empezó su nuevo trabajo en cuanto llegamos. Necesitaba realmente retomar mi vida profesional y social. Así que, basándome en mi experiencia en Río, me puse en contacto con Alliance française de Paris''. 

Allí comienza un aprendizaje intensivo. "Lo más difícil para mí, más allá de la gramática por supuesto, son los diferentes niveles de formalidad en francés. No hablas con un amigo como lo haces con tus padres, o con gente que no conoces, no te expresas de la misma manera en el francés oral que en el escrito, que siempre es más formal. Esto sigue siendo un reto para mí". 
 

Mais cette expérience à l’Alliance française de Paris s’avère également très riche sur d’autres plans. « J’y ai rencontré beaucoup de personnes qui se trouvaient dans la même situation que moi, quel que soit leur parcours, à recommencer une vie finalement. J’y ai retrouvé du lien social ».

Apprendre au rythme de son enfant

Un lien social qui le conduira à rebondir professionnellement, puisque Thiago Penteado a retrouvé un travail dans le marketing. Celui d’une cave à vins, pour être précis : difficile de faire plus français. « Oui, s’amuse-t-il, je crois que j’ai bien adopté l’art de vivre à la française ! ». Aujourd’hui, Thiago s’est affranchi des cours de l’Alliance française.

Même s’il continue d’apprendre, avec un tout nouveau professeur : son fils Joaquim. « C’est encore une nouvelle motivation, parce que, si je continue à parler en portugais à Joaquim, pour qu’il conserve ce lien avec son histoire brésilienne, lui commence à utiliser en français des mots que je ne connais pas. Il faut que je garde le niveau, je ne peux pas baisser la garde ! »